lunes, 2 de diciembre de 2013

Un Tatuaje Muy Sorprendente

Si el artista alemán del siglo XV Alberto Durero viviese hoy en día, sería un hombre rico. Los derechos de su pintura "Manos en oración" valdrían millones. Fue originalmente un encargo para el altar de la Catedral de Frankfurt realizado por el alcalde la ciudad en el año 1508. Una versión posterior de esas mismas manos aparece en otra obra de Durero, esta vez como las manos de un apóstol de pié frente a una tumba vacía mirando hacia el cielo donde tiene lugar la coronación de la Virgen María. El original de esta obra fue destruido por el fuego en el año 1729, pero sobrevivió una copia del cuadro del altar y varios bocetos iníciales del artista.
Hoy las "manos rezando" de Durero no solo son su obra más ampliamente conocida y más reproducida, sino también uno de los diseños de tatuaje más populares de todos los tiempos. Esta imagen continúa inspirando los corazones y las mentes, especialmente cuando se combina con otros iconos del tatuaje religioso, como la cruz o el rosario. También se suele combinar con corazones y halos, o con el nombre de una persona querida que ha fallecido, como un homenaje póstumo.
Las "manos" pueden ir acompañadas también de una oración o un pergamino, mostrar las marcas de la crucifixión, o ir acompañadas de un fuego sagrado. Durero probablemente sería feliz viendo la aceptación universal de su obra. Durero fue un artista que creía que su talento era un don otorgado por Dios. Su amor por la naturaleza y su atención a los detalles incluso en sus obras más pequeñas fue su manera de glorificar al Creador.
Una historia nos cuenta que Durero empleó como modelo para su famosa obra las manos de su hermano. Esta historia también nos cuenta que su hermano se sacrificó para que Durero pudiese conseguir sus aspiraciones, pagando sus clases en la escuela de arte con su trabajo en las minas.

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